22 de agosto de 2022

El mar será mi final


Y deja que, el mar, me lleve en su furioso vaivén.

Deja que, mi alma, fluya en la divina resaca pues

, nada más anhelo que, en sus aguas puras y cristalinas,

 adentrarme y dejar que mi alma se lleve.

  Deja que mi alma fluya en la divina resaca pues nada más anhelo que adentrarme en sus aguas puras y cristalinas y dejar que se lleve mi alma.

Pues la vida nada ofrece pero todo exige mas, las fuerzas, se extinguen y el ánimo decae.

Sólo oyendo tu rugir, tu romper, tu enfado, el ocaso de tus olas, me siento en mi hogar.

 Aquel que nunca encontré; aquel que nunca sentí.

Aquel que hoy ahoga mi alma entre lágrimas inútiles.  Porque a ningún lugar pertenezco.

Pues por mucho que luches, a veces, descubres que no todo esfuerzo vale la pena. Que quizá por dar todo de tí, te perdiste en el camino.

  Y ,quizá, sólo quizá, sea ese mi destino, no encontrarme. 

Porque a nadie pertenezco excepto al mar.

 A ese que me ve llorar,
 al que me ve florecer,  al que,
 al verme aparecer, de paz me inunda 
, mis sentidos empapa y, mi alma,
 envuelta en penumbra, 
se resigna a aceptar la realidad absurda;
la realidad  ingrata que pone fin a mis anhelos.

Nada es lo que parece
nada ahoga tus sentidos mas espera,
espera en la arena  y verás indecididos
los brotes de espuma empaparte,
obnuvilando tus sentidos y 

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