1 de febrero de 2011

Soy Mujer


A veces, engullidas por la vida, los hijos, las responsabilidades, el trabajo o los problemas, las mujeres nos olvidamos de que también somos eso: MUJERES.
Hace poco, un grupo de amigas, decidimos lo importante que era tener nuestro propio espacio, nuestro momento especial para sentirnos, aunque fuera solamente por unas horas, libres. Así pues, organizamos una cena para nosotras y ¿cuál fue el resultado?: INCREÍBLE.
Fueron horas de risas, cotilleos, temas serios, temas superfluos, baile y, sobre todo, diversión. Por unas horas nos olvidamos de pañales, colegios, trabajo, problemas económicos... Nos concentramos en nosotras, en descubrir que aún somos divertidas, que no hemos perdido nuestro encanto de mujer, nuestra salsa, que, aún llevando tiempo aletargada, de vez en cuando le gusta que recordemos que sigue ahí. Incluso podría deciros que, algunas, estábamos nerviosas como si fuésemos quinceañeras, porque era algo nuevo, que no habíamos hecho (al menos yo) en muchos años. Así que tomamos entonces una decisión: cada dos meses es "obligatorio" hacernos un homenaje: una cenita de pinchoteo (la economía no da para grandes estipendios) unas copitas y mucho bailoteo.
Os parecerá una tontería, pero, hasta que no lo he hecho, ni yo misma era consciente de que estaba sumida en un aletargamiento de mi yo interior. No me había dado cuenta de, hasta qué punto, me tenía olvidada para preocuparme, únicamente, de satisfacer las necesidades ajenas, olvidándome de las mías propias.
Después de ese primer reencuentro conmigo misma, me he propuesto no volver a dejarme escapar. Sigo con mis obligaciones de siempre, que asumo incluso con mejor humor, pero sé que al menos, de vez en cuando, puedo recordar que SOY UNA MUJER.
Soy mujer, así nací.
Soy mujer y así me quiero.
Con mis defectos y virtudes,
con mis alegrías y miedos.
Soy mujer para ;
para mí lo soy también.
Soy mujer que mira al frente
y, en mi vasto caminar,
decaigo cientos de veces
y me vuelvo a levantar.
Ahora que me recuerdo
tras un plácido despertar,
juro mirando al viento,
que no me dejaré marchar;
pues siendo como soy
y sintiéndome así,
soy feliz yo
y te hago feliz a .
Quiéreme como soy;
siénteme como aparezco;
observa mi renacer
y acompáñame en mi vuelo.
P.S.