22 de mayo de 2015

Y, tontamente




    Y, tontamente, creyó que podría cambiar algo en su interior. Que le daría la fuerza suficiente, que le transmitiría tan sólo con una mirada su propia fuerza interior, para que fuera consciente de que, los sentimientos no necesitan expresarse con palabras.

   Quizá la esperanza fue el mayor de sus errores; lo bueno es que nunca exteriorizó nada; nunca dio a conocer sus verdaderos sentimientos, lo que, realmente, le hacía sentir como persona. Que le hacía recordar quién había sido alguna vez.


    Quizá ese fue su mayor acierto, no revelar sus cartas, al menos, no todas. Porque quizá le hubiera dado un inmenso poder sobre sus puntos débiles. 

    Y, tontamente, se creyó alguien diferente a lo que había conocido hasta ahora, alquien que podría cambiar su forma de ver la vida; de darse cuenta de que existen personas quieren sin egoísmo alguno.
Pero, a fin de cuentas eso era su problema; dejaba rota por el camino, a la única persona de cuántas le rodeaban que le quería sinceramente, Que le era leal hasta la muerte, que jamás le traicionaría.

    Quizá algún día se de cuenta, pero, para entonces,  ya será demasiado tarde

7 de mayo de 2015

Gracias a la vida


    Y la vida, abrió hueco a lo desconocido; a un mundo en el que volvía a su ser; a su verdadero yo, a la persona que yacía olvidada en lo más profundo de su alma.

    Sin esperarlo, apareció, quizá fue el momento, las circunstancias tal vez, la madurez llegó de repente, cuando se dio cuenta de que también merecía sus momentos de felicidad; aquellos que sólo le pertenecían a ella y a lo más íntimo de su ser; aquellos que, sólo a  ella, en su soledad, la hacían sentirse alguien fuerte, con ganas de vivir, de luchar, de pelear y sentirse viva.

    Quizá para el resto sólo pudieran parecer tonterías, pero, para ella, eran momentos de reencuentro consigo misma, con la que un día fue y quizá nunca vuelva a ser. Momentos para recordar en lo más hondo de su memoria; momentos que la retrotraían a episodios que, en su día, la colmaron de felicidad y que, aun siendo irrepetibles por imposibles, siempre estarán marcados en su historia interior, en su actual felicidad y en la futura.

    Son momentos para ella y, por eso, sólo puede dar GRACIAS A LA VIDA, POR HABÉRSELOS MOSTRADO .