
Ayer, al verte partir,
la mitad de mi alma se fue contigo
y una soledad inmensa,
invadió la otra mitad.
Soledad porque añoro tu compañía;
soledad ante la vida que,
sin tí, dura se hace;
Soledad de mujer, esposa y amiga:;
Soledad de vacías noches
sin tu necesaria presencia.
Quisiera no extrañarte,
pero tanto es lo que te quiero,
que de extrañarte vivo, y,
anhelando tu regreso, muero.
Soledad, quizá necesaria
para así, bien valorarte.
Que duro resulta amar,
cuando te sientes tan sólo,
faltando, a tu lado,
la mitad de tí mismo.
Mas prefiero anhelarte y quererte
más si quieres, adorarte,
pues sin tu amor
no imagino mi vida.
Sin tu amor
me volvería cobarde.