Aflicción del alma exhausta,
hastiada de tanta lucha.
Desesperación castigada,
por infructuoso esfuerzo.
Triste mirada todo lo observa,
con lágrimas contenidas
y corazón anhelante
de un rayo de esperanza.
Pero el sombrío destino,
que su llegada aguarda,
abriga tiempos oscuros,
sin épocas de bonanza.
Late, Corazón, late
y sigue tu lento paso;
sigue tu lucha incansable,
esconde tu negro llanto
Late que sigue la vida
y dos pequeños diamantes,
necesitan de tu calor
así pues, figura radiante
y finge gran resplandor.
No demuestres tu amargura,
tu pena y desilusión,
pues no hay solución alguna,
que te calme, Corazón.
(P.S.)