26 de agosto de 2010

Coraje ¿Dónde estás?



Si no fuera por mis pequeños, creo que no lo llevaría tan mal; pero el ahogo se multiplica al pensar en ellos. Al pensar que, quizá llegue un momento en que sus necesidades básicas peligren.

Hubo una época (hasta no hace mucho, realmente) que pensé que, después de lo vivido en mis primeros 18 años de vida, tenía derecho a algún tipo de resarcimiento; a encontrar, aunque fuera temporalmente un oasis; que llegaría un día en que, aunque no tuviera mucho dinero, y dado que, hasta hace relativamente poco siempre he trabajado, llegar a fin de mes no supondría un problema.

Hoy ya es problemático llegar a mediados de mes. Y esa situación me tiene desbordada. Hay días que todo se me hace una cuesta arriba tremenda, y , me pregunto: ¿dónde está la fortaleza que siempre creí tener?, ¿dónde está ese coraje que siempre me hizo tirar del carro en los momentos difíciles?. ¿Acaso me han abandonado?.

Unas personas, muy sabias, me hicieron ver que tengo en mi vida cosas que realmente valen la pena, pues tengo dos hijos sanos y maravillosos. Otra gente, con mis mismos problemas no tiene tanta suerte, es cierto.

Incluso me han marcado unas directrices de coraje, que me han calado muy hondo y que han supuesto una "puesta en marcha"; pero incluso así "la primera en la frente": algo que parecía que claramente iba a resolver algo, al final desapareció de golpe.

¿Puedo tener esperanzas?. ¿No las tengo porque el miedo al fracaso es demasiado grande? NO sé, tengo tantas preguntas.....y la principal es ¿dónde se fue mi coraje?

19 de agosto de 2010

El Hada del Amor Eterno

En un bosque encantado, vivían tanto hadas como duendes. Cada uno se dedicaba a lo suyo.
Los duendes se encargaban de proteger a las personas, tanto cuando ingresaban en el bosque, como cuando estaban en sus casas. Las hadas, por su parte, endulzaban el aire con sus bellas canciones y revoloteos brillantes sobre las flores y los árboles.

También estaban las hadas y duendes malos, que hacían conjuros para hacer el mal, cuando eran invocados por personas que así lo quisieran.


Un día el Hada Moira (que era de las buenas), revoloteaba entre las flores y los árboles. Ella no sabía que Krull, un duende malo, la estaba espiando desde la base de un Roble, y que había quedado embelesado al verla.

Los duendes malos tenían prohibido acercarse a las hadas buenas. Krull intentó e intentó alejarse de ella, pero, su corazón, latía cada vez con más fuerza al verla. Ya estaba por irse Moira, cuando Krull la llamó desde debajo del árbol.

-"¡Hola, soy Krull!, ¿y tú?". Ella, al verlo, se asustó; pero sintió dentro suyo algo especial y le contestó: -"Soy Moira". El le pidió que bajara a la base del árbol, pero Moira recordó que no estaba permitido hacerlo. Igualmente, se acercó a él. Fué amor a primera vista, ellos no lo podían creer. Estuvieron abrazados, por largo tiempo, charlando como si se conocieran de otra vida.

De pronto, a lo lejos, un rayo cayó sobre ellos. Era la Reina de las Hadas malas, que, observándolos, pensó que era algo que no podía permitir. Ambos murieron abrazados, y, con el tiempo, al pie del Roble, crecieron dos pequeños robles entrelazados.

De ambos lados se comentaba que todos los años, el mismo día de su muerte, los robles brillaban y emitían murmullos con palabras de amor.

(Leyenda Irlandesa)

11 de agosto de 2010

Para tí, Papá.

Ayer, lo que pudo haber sido un día aciago para mí, tuvo un final feliz.
Ayer pude haber perdido a mi padre, en un terrible accidente de tráfico; a la vista está por cómo quedó el coche.

Es curioso cuando, ante la falta de noticias, una multitud de sentimientos y emociones se amotinan en nuestro interior, y nos damos cuenta de que, en un segundo o, quizá, en milésimas de segundo, nuestra vida puede dar un giro de 360 grados y truncarse de un momento a otro.

Esa falta de noticias desde que supe del accidente, hasta que tuve conocimiento de su estado, se apoderó de mí una impotencia inmensa. No hacía más que intentar transmitirle por mi pensamiento y mis sentimientos, por si eso de la telepatía existe, "papá no me dejes, porque te necesito en mi vida papá, no me abandones". No me salían las lágrimas; los nervios no las dejaban aflorar. No sabía por donde andaba y tan pronto empezaba a hacer una cosa, como me encontraba realizando otra... Si habéis pasado por algo parecido sabéis a qué me refiero.

Unas horas antes, tan felices y contentos, y en un ápice de tiempo, la vida del revés.

Pero tengo que dar gracias al destino, a la vida, a eso que está ahí que hace que las cosas pasen por algún motivo. Era curioso que, hace unos meses, le parecía al hombre demasiado esfuerzo hacer dieta, pero se lo propuso y consiguió adelgazar más de 20 kilos. Esa dieta, aunque parezca un chiste, fue lo que le salvó la vida, pues tuvo que salir por la ventanilla del coche, que había quedado boca abajo. Si no hubiera adelgazado, se habría quedado atrapado. ¿Las cosas suceden por algo?. No lo sé, sólo sé que hoy tengo que dar, como decía la canción, "gracias a la vida que me ha dado tanto".