31 de marzo de 2010

Mis Pequeños Grandes Amores



Alegrías de mis días tristes; inquietos, revoltosos, sinceros, transparentes; mas todo lo malo del universo desaparece cuando veo vuestra carita sonreír.
Siempre fui persona de sentir intensamente, y, cuando creí haber conocido el más gran amor, llegasteis a mi vida vosotros, y me enseñasteis tantísimas cosas. Sobre todo me ensañasteis a amar con generosidad, desinterés, paciencia, pureza, sinceridad, todo eso y mucho más. Me enseñasteis el más puro y verdadero de los Amores.
Qué mal me siento cuando os veo sufrir y no puedo calmar vuestro dolor. Qué sola me siento si os tengo lejos y , a veces, qué saturada cuando tenéis vuestros días toledanos. Pero sois la sal de mi vida; sois el motor que me impulsa cuando me faltan las ganas.
Gracias por vuestras carcajadas inocentes en vuestras lindas caritas; gracias por enseñarme que la inocencia y la pureza del alma son capaces de traspasar hasta el mayor de los desalientos, gracias por ser la esencia del ser humano con vuestra transparencia y sinceridad.
Gracias a vosotros me he dado cuenta de lo verdaderamente importante de la vida. Espero saber estar a vuestro lado cuando me necesitéis; espero poder estar a la altura y que el día de mañana os podáis sentir orgullosos de mí, o al menos, que tengáis claro que todo lo que hago, lo hago pensando en vuestro bien, y en lo que creo que es mejor para que el día de mañana seáis dos hombres hechos y derechos.
Pero, ante todo, espero saber enseñaros a encontrar vuestra felicidad
Os quiero.

24 de marzo de 2010

Primavera.... ¡Por fin!

No sé si a vosotros os ocurre igual que a mí. Cuando llega la primavera, como por inercia, con la mejoría del tiempo llega la mejoría del ánimo.
A veces, en la vida, es necesario hacer un replanteamiento de todo aquello que nos rodea, analizar las cosas de las que podemos prescindir, entender cuáles son aquellas que nos hacen felices y cuáles aquellas de las que hemos de desprendernos porque oprimen nuestra felicidad.
Tras una mala época y a pesar de que mis problemas no han desaparecido, he llegado a comprender, a entender, que los problemas no pueden arrastrarnos con ellos, hemos de hacerles frente. Eso será lo que nos dé cada día más fortaleza y nos hará mejores personas.
Nadie nos asegura que vayamos a salir victoriosos del enfrentamiento contra nuestros miedos, nuestras quejas, nuestras vicisitudes; nadie asegura que nuestras elecciones serán las correctas, pero, si nos equivocamos, no habrá nadie que nos quite el privilegio de saber que la elección ha sido nuestra.
Como dice mi madre "todo tiene remedio, menos la muerte", y por eso y, aunque a veces no contemos con el apoyo de nadie, hay que intentar renacer en cada problema que nos surja. Hay que creer que somos lo suficientemente fuertes para resistir y salir victoriosos o si no, que vamos a tener el suficiente ánimo para cuando caigamos, poder levantarnos, sacudir el polvo y mirar hacia delante, esperando no sólo que nos lleguen más problemas sino celebrando cada alegría que nos trae el día a día, que sin duda, si nos paramos a pensar son muchas: la posibilidad de tomar un café con un amigo, la posibilidad de ver como tus hijos crecen y van aumentando sus objetivos día a día, el ser el hombro en el que lloran nuestros seres queridos cuando se sienten tristes y abatidos, y si, llegado el día, nosotros somos quienes lloran, y no aparecen hombros, mirar a otro lado y darnos a nosotros mismos un fuerte abrazo, porque si alguien tengo claro que nunca me va a fallar soy yo misma.
A veces es necesario escuchar los consejos de familiares y amigos para poder salir adelante, incluso aunque nuestro ánimo nos diga que no tiene ganas de escucharlos. Hay que prestarles atención porque en unas pocas líneas, en unas pocas palabras podemos encontrar el punto de inflexión que necesitamos en nuestra vida en un determinado momento. Así me ha ocurrido y por eso os lo recomiendo. No os lamáis las heridas sólos porque penséis que nadie os entenderá o quizá creáis que, haciéndolo, pensarán que sois quejicas o lastimeros, abrid vuestro corazón a vuestra gente. Es bien cierto la carga compartida es más llevadera.
Un abrazo.

13 de marzo de 2010

Color Esperanza

¡Hola a todos!.
Sobra deciros que mi estado anímico en los días pasados, no era el más apetecible del mundo. Sin embargo, llevo unos días un poco más tranquilos y estoy aprovechando para hacer reflexiones de todo tipo. De momento, y aunque aún no estoy al 100% voy logrando poner un poco de organización y estabilidad en las cosas, a fuerza de introducir cambios y todo ello hace que me sienta un poquito mejor y todo parezca algo más llevadero. Además agradezco todas las palabras que me habéis dejado porque sumándolas todas y cogiendo un poquito de cada una de ellas he conseguido ir recomponiendo pedacitos del alma. Incluso con aquellas que no solo muestran cariño sino que también me han hecho abrir los ojos a muchas cosas que hasta ahora apenas vislumbraba. Por eso quiero dejaros un vídeo de uno de mis cantantes favoritos, que transmite un fondo de alegría y esperanza y que cada vez que la escucho me doy cuenta de que somos capaces de hacer aquello que nos propongamos o al menos, nunca tenemos que perder la esperanza de que podremos conseguirlo.



Espero que os guste. Gracias, como siempre por teneros.

7 de marzo de 2010

Llegando al Límite

¡Hola a todos!. Después de mucho tiempo, me animo a escribir nuevamente en mi rincón. Aunque precisamente no es animada como me encuentro.

Puede decirse, que no estoy atravesando por uno de mis mejores momentos personales, de ahí el título de la entrada. Esta semana sentí que no podía más, que había llegado a mi límite y que iba a explotar.

Recordaréis no hace mucho que os hablaba de ese hombro en el que apoyarse, en tener a alguien en quien delegar un poco, aunque sólo fuera a ratos, un poco de responsabilidad. Pues mis responsabilidades siguen aumentando, y en lugar de delegar, cada vez estoy más agobiada.

Y el problema no es llevar a cabo mis responsabilidades, es que también tengo que llevar las de otros para que todo no se venga abajo, porque para alguna gente es más fácil esperar que las cosas se arreglen solas, porque siempre hay alguien detrás para echar el alto.

Pero esta semana llegué a tocar fondo, sin dormir, sin comer ordenadamente, al contrario, comiendo sin control, estallando por la más mínima tontería, sin paciencia para soportar mis cargas y casi al borde de la histeria, porque ha sido un año muy difícil , en el que he tenido que tirar de mucha gente y me he olvidado por completo de mi misma, hasta que toqué fondo claro.

Así que el jueves, ya me vi tan mal, que decidí ir al médico y tras darme unas pastillitas de la felicidad, me dio un consejo:" tienes que buscar todos los días un rato para dedicarte a misma."

No sabía si reírme o llorar. Casi le pregunto: "y de dónde lo saco? ¿me proporcionarías un día de 52 horas, para ver si así encuentro alguna para mí?".

La verdad que llevo un par de días un poco más tranquila, también me estoy esforzando en ello, pero hay momentos en que me gustaría ponerme a llorar y no parar hasta quedar extenuada. Estoy en esos días idiotas que la tristeza se apodera de y piensas: "¿nunca tendré un momento de tranquilidad para disfrutar de mis hijos y de mi vida sin poder pensar en nada más?", pues parece ser que no, al menos de momento.

Un beso a todos, y gracias por estar ahí.